miércoles, 21 de marzo de 2012

POR: LUIS DONALDO COLOSIO RIOJAS

EL LLANTO DE UN MEXICANO

 Por Luis Donaldo Colosio Riojas

Me preocupa. Me preocupa que veo a un país olvidado por sus líderes,
quienes se concentran en sacar adelante sus carreras y a sus partidos
antes que a su gente.
Me preocupa ver un abismo de desigualdad y diferencia, permeado todo
por la infame indiferencia de quienes tienen la responsabilidad de
honrar la confianza de su gente.

Me preocupa ver que en el Congreso imperan el caos y la desunión, que
 los ‘triunfos’ de mis diputados sean ver quién difama más al otro o
quién silencia con más fuerza. Que exista un aura de trabajos
inconclusos y que los pocos que se dedican al trabajo son sopesados
por quienes se dedican al ultraje. Me preocupa ver más respeto en las
tribunas de un clásico de futbol mexicano que en los escaños y curules
legislativos. (¿que se puede esperar de la raza?)

Funcionarios públicos ausentes o sumisos (NISI) (Ni trabajan, pero SI
cobran) y fuerzas policiales abandonadas o corrompidas es el maltrato
que nos dejan nuestros gobernantes. Benditas aspiraciones de nuestros
jóvenes con tanta materia prima corroída. No es sorpresa que ‘ni
estudien, ni trabajen’ si el sistema educativo es cada vez menos
adecuado y continúa decayendo gracias a quienes se supone deberían
levantarlo. El empleo y las oportunidades son virtualmente
 inexistentes y nuestra economía es tratada con la lujuria de unos
cuantos.

Me preocupa mi tierra, sangrando a borbollones, con sangre nacional y
extranjera, de quienes depositaron su confianza en unos cuantos. Me
preocupa que ‘esos cuantos’ tampoco sean eficaces porque ‘algunos
muchos’ se empeñan en que fallen con tal de alzarse el cuello y
alardear un ‘se los dije’.

La desigualdad de ideas nunca ha sido crimen, pero el callarlas y
asesinarlas es nuestro nuevo movimiento nacional.

Miles de millones de pesos, de nuestro dinero, de nuestros impuestos,
se reparten a ‘unos cuantos’ para hacer bien ‘muchos nadas’, mientras
tanto nuestros niños tienen hambre, tienen sed y tienen miedo. Miedo,
no de una inseguridad que crece sin medida, sino de lo que seguramente
terminarán siendo: seres olvidados y marginados por su patria y a
quienes luego se les reclame de ‘holgazanes’. Se les castigará por
ineficientes y por no saber aprovechar las infinitas oportunidades
inexistentes que tuvieron. Nuestros niños, ¿pero qué demonios les
hicimos?

Me preocupan todos y cada uno de los miembros de mi familia, más de
112 millones de ellos, que miran al futuro sin un rumbo certero, ese
rumbo que nuestros predecesores se negaron rotundamente a asegurar y
que ahora miran con desconcierto alegando que ‘no es su culpa’. Y la
pelea continúa; y las divisiones incrementan; y las diferencias se
exaltan; y nuestros niños, mientras tanto, sufren.

¿Pero qué te pasa, México? ¿En qué momento se volvió rutina suicidarte?

Me preocupa mi gente, que prefiere esconderse frente a una pantalla de
televisión que detrás de un libro, o mejor aún, de un oficio. Me
preocupa que la política de desarrollo colectivo nacional en estos
momentos pareciera que se llama 'resignación', pareciera que se llama
'derrota'. (difícil pelear contra las diversas mafias que se apoderan
de los puestos públicos para saquear el país)

Me niego rotunda y enfáticamente a quedarme dormido, a darme por
vencido. Así me tachen de por vida de demente o inadaptado. Qué ilusos
somos todos al pensar que México necesita héroes, si lo único que le
hace falta es la atención de sus ciudadanos, o mejor quizá, unos
cuantos más de estos.

Este es el movimiento de la tercera insurrección mexicana, cuyo campo
de batalla se libra en nuestros propios corazones, donde las únicas
armas que encontremos y utilicemos deberán ser la paz, el trabajo y la
Patria: suficientes muertes ha soportado lo sagrado de este suelo, y
la tierra que se tiñe de rojo con la sangre de mi sangre es testigo de
mi entrega. La batalla se gana en el corazón de nuestra gente, al
denunciar nuestras propias faltas al país... y a nuestra estampa.


HIJO DE TIGRE....
El autor es hijo de Luis Donaldo Colosio y Diana Laura Riojas y
fundador del despacho Basave, Colosio, Sánchez Abogados, y catedrático
de la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de
Nuevo León.

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